Historia capitulo 2
importar productos, las visitas de viajeros y
colonizadores europeos y criollos que
despreciaban a los indígenas, la creación del
ferrocarril de la Provincia de Soto hasta el río
Magdalena y el impulso a las empresas, dieron
lugar a un etnocidio con anuencia del Estado.
L
Aprile-Gniset, 1997, citado en Roa, 2002.
tuvo como columna vetebral el oro negro
que yace en su subsuelo.
En líneas generales, los privilegios de la Concesión de Mares se traspasaron a La Troco en 1919 La compañía sería adquirida unos meses después por la Standard Oil N.J. perteneciente al grupo empresarial de Rockefeller (Vega y Núñez, 2017, p. 3) a través de la International Petroleum Company de Canadá (Vásquez, 1994, pp. 100-106). , cuando el significativo potencial petrolero de la cuenca estaba más que comprobado, pero había ansiedad porque empezara a dar los rendimientos esperados. La preocupación del Estado colombiano por atraer la inversión extranjera sin miramientos, sin ningún tipo de consideración por la naturaleza y población local (en especial por los pueblos indígenas), era oficializar las ganancias de la rapiña y la violencia y legitimar la apropiación del botín. Lo importante es que de él quedaran al menos las migajas en manos del Gobierno y que quedaran pronto.
La economía de enclave fue el eje para que las empresas petroleras, los grandes dueños de tierra y ganado, las palmeras y el Estado, siguieran tratando a la naturaleza como un botín y legalizándolo pronto con figuras como la de utilidad pública, que aparece en la Constitución de 1886, pero solo hasta 1905 se detalló realmente su aplicación. Esta figura corresponde a excepciones del derecho a la propiedad privada, sustentadas en la idea de la “pública necesidad legalmente comprobada” (Novoa, 2020, p. 26), derecho que es considerado inviolable cuando se trata de proteger a los propietarios, pero no a las comunidades. Esta categoría comenzó a usarse para facilitar la construcción de vías, pero pronto encontró una mejor vocación al amparar la industria petrolera que crecía en el país:
La exitosa producción de 2.000 barriles diarios de Las Infantas, hizo pensar en grande a la industria petrolera en el país, por lo que se emitió la Ley 120 de 1919, la cual estipuló en su artículo 9: “Declárase de utilidad pública la industria de explotación de hidrocarburos y la construcción de oleoductos”.
La Ley además mencionó que el concesionario podía tomar en arriendo entre 1.000 y 5.000 ha de baldíos de la nación, pero si los impuestos pagados eran superiores a 20 millones de pesos, podían tomar 100.000 ha (el doble del tamaño de la ciudad de Cali) sin importar si vivían campesinos allí.
Edwin Novoa, 2020.
“...el pescado comenzó a escasear al asentarse la industria extractiva en la región. Mientras se explotaba petróleo, los pescados empezaban a mermar y las aguas de las ciénagas y el río Sogamoso se contaminaban. El río y las ciénagas se convirtieron en un vertedero de desechos y, sin importar el papel que jugaba para las comunidades allí asentadas, pasó a ser, más que una fuente de vida y comida, un renglón de la economía energética y extractiva del país”.
Tatiana Roa y Bibiana Duarte, 2012.
La negociación fue que no habría represalias para nadie y que mantenían un alcalde liberal en Barranca, que iba a haber una especie de Frente Nacional, una especie de paridad política, ese fue el compromiso (...). Pero eso no se cumplió, eso a los cuatro meses empezaron ya pues las represalias. Y de hecho todos, absolutamente todos los que participamos en la revolución nos tuvimos que venir de la empresa, porque si nos quedábamos nos mataban y los que se quedaron los mataron.
Entrevista a Roberto Sánchez en Alejo Vargas, 1989.
En 1935 se organizó la tercera huelga, con reivindicaciones similares a las de la década de 1920, que fue declarada ilegal y contó con una masiva participación de los habitantes del puerto. Las “muchachas del barrio” sostuvieron la huelga con sus aportes económicos y su campaña de recolección de dinero para los trabajadores. Al final, la huelga concluyó con un sabor agridulce, puesto que no se alcanzaron las reivindicaciones propuestas y La Troco expulsó a los principales dirigentes.
Fuente: El Tiempo, jueves 21 de noviembre de 1935, p. 8