Historia Capitulo 5
recorrido, no entiende de violencia; supera la
contaminación y hasta pasa por indolente
cuando en ella navega la guerra. El agua era el eje
de la cotidianidad en este territorio hasta que
acorralaron su destino, llamándolo estratégico,
mancharon su cuerpo con sangre, violentaron su
curso.
S
e pescaba en balsas, con bejucos y atarrayas pequeñas. A los bagres les quitaban la cabeza para dársela a los chulos y únicamente se sacaba el pescado grande. El río era tan ancho que había muchas islas y en ellas había producción de plátano y yuca. Al puerto llegaban chivos y todo tipo de mercancías. Había mucha, mucha comida.
Movimiento social en defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí, 2018.
Durante las temporadas de pesca venían turistas a tirar anzuelo, subía gente de Llanitos y en las playas se armaban las fiestas y paseos de olla. Bajábamos al río en balsas y había rumba, cerveza, comidas compartidas, baile. Uno no tenía problema en dejar la casa sola y quedarse durmiendo allá, porque estar en las tiendas de los puertos y en las riberas del río, era como estar en la casa de uno, prestaban camas para que durmieran los niños. Hasta los turistas parecían familia de uno. Venía gente de Bucaramanga, Bogotá, Armenia, y de afuera, de Venezuela, Perú y Estados Unidos. En diciembre intercambiábamos los productos que cultivábamos y se hacía el sancocho a media noche. Hacíamos muchos amigos porque las familias eran tan unidas que parecían una sola. Vivíamos de verdad en comunidad, todos organizados. Esto era tanto en la parte de arriba del río como en la de abajo.
Movimiento social en defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí, 2018.
Cada vez que el río Sogamoso tenía sus crecientes o barrajobos, aunque inundaban, no las veíamos como destrucción, porque traían consigo también mucha abundancia: les dejaba a las familias recursos ícticos, piedra, arena, palos para usar como leña o aserrarla, llegaba bolo limpio y a veces hasta ganado que bajaba con la misma agua. Las crecientes abonaban los cultivos, nutrían la tierra y, una vez que pasaba, las cosechas eran muy abundantes, era como que todo renacía con más fuerza.
Movimiento social en defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí, 2018.
Sin embargo, la contracara de la abundancia es que, mientras para las comunidades ribereñas este es el elemento que sustenta el buen vivir, para la mirada del desarrollo es un paquete de recursos por explotar, un botín por disputar a través de diversas formas de violencia.
Los desplazamiento, asesinatos, masacres, desapariciones, amenazas, los controles sociales, masacres, violencia sexual, torturas, secuestros, asesinatos selectivos, minas antipersonal, el reclutamiento forzado y tantas otras formas de violencia traídas por las guerrillas, los paramilitares y la fuerza pública, siempre de la mano del desarrollo, han mermado toda esa abundancia y llenaron de zozobra los días. Por ejemplo, muchas familias prefirieron desplazarse, al ver que sus hijos también estaban en riesgo de ser botín y víctimas de la guerra.
Ya mis niños estaban un poquito más grandes, entonces llegó la guerrilla a decirme que los chinos míos estaban buenos ya, que tenían buen físico.
Lucely Cristancho, 2020.
tuvo que ser testigo de cómo su río se
convertía en un lugar de miedo, desconfianza
y violencia.
En el conflicto usaban el río como fortín para esconder sus fechorías, como vía de transporte, para huir, para llevar a sus víctimas ya fuera secuestrados o a aquellos inocentes que los ajusticiaban y luego los arrojaban al fondo del río; en ocasiones les abrían el estómago y los llenaban de piedras para que sus dolientes familias no la encontrarán convirtiendo el río en su sepulcro y a la vez obligando al ribereño pescador a comerse esos peces que ‘succionaban’ esos cadáveres. Por el río se aprovisionaban de armas y sus víveres, medicinas y cuánto necesitaban para su estancia en el sector obligando a los campesinos a ser sus servidores y al río su cómplice directo, pero obligado.
Blanca Nubia Anaya, 2020.
Cuando los intereses del latifundio convergen con los de la agroindustria, del narcotráfico, de las fuerzas políticas oscuras y de los monopolios internacionales, se implementan y desarrollan modelos de recuperación de ‘zonas estratégicas’ por sus riquezas, su potencial agroindustrial y su importancia vial que conlleva la expulsión de los antiguos pobladores y propietarios.
Cámara de Representantes, Proyecto No. 033 de 1995.
Esto es un semi pueblo, entre lo rural y no rural, porque estamos en el campo, pero tenemos que comprar todo. No hay un trabajo para los jóvenes y estamos en la zona urbana que es un pueblo. ¡Pero no! Eso está como si viviéramos quién sabe en dónde, en la mejor ciudad de Estados Unidos, todo caro, imposible para el dinero y los empleos, no hay empleo. Todo esto hace que uno viva en un estrés, constante nerviosismo.
Blanca Nubia Anaya, 2020.
Debido a las dinámicas del conflicto y el desarrollo, las prácticas y los conocimientos locales van desapareciendo en el tiempo, así mismo sus vivencias cotidianas, el disfrute del río, los paseos de olla, las faenas de pesca. La vida familiar tampoco es la misma, pues en el proceso de descampesinización la población ribereña ha sido forzada a desligarse de la naturaleza. No solo hay imposibilidad de mantener las manifestaciones culturales debido a las afectaciones a la naturaleza, sino también por el control de los actores armados sobre la vida diaria.|
En la cuenca del río Sogamoso, de acuerdo al periodo que mires tuvo predominancia de un actor distintos. Si hablamos de los 80 y los 90, la guerrilla se movió mucho por la zona del río Sogamoso porque a través del río Sogamoso te comunicabas entre Puerto Wilches y Barranca. Cuando viene ya el paramilitarismo duro hacia los años 90 hasta la creación de las AUC en el 97, esa zona se vuelve una zona de control paramilitar muy fuerte. Prácticamente en esas zonas se prepararon la masacre de Barranca y era zona de retaguardia de los grupos que entraban a Barranca, golpeaban a sindicatos y población urbana, y se metían hacía el río Sogamoso.
Santiago Camargo, Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 2021.
El desplazamiento de gente no es desarrollo. Porque para nosotros el desarrollo es que haya libertad para nosotros y la juventud, que haya salud y trabajo. Movernos de nuestra tierra no es desarrollo.
Mario Mejía, 2021.
La excusa de los paramilitares para hacer lo que quisieran, en dónde quisieran y con quien quisieran, era que estaban liberando los territorios de la guerrilla, es decir, haciendo uso de discursos estigmatizadores buscaron justificar su accionar contra la población civil. En esta estrategia de control político, social, económico, ambiental y cultural del paramilitarismo en el Magdalena Medio santandereano, las masacres fueron un mecanismo a través del cual esos grupos armados mostraban el dominio territorial que tenían, amparado en el objetivo de acabar con las insurgencias. Con esa narrativa, el 16 de mayo de 1998 cometieron una masacre en Barrancabermeja que dejó 11 personas asesinadas y más de 25 desaparecidas (Verdad Abierta, 2009).
Fuente: Sinderh en: Castaño, 2015, p. 154
…amenazados y duro, les dijeron: un paso más y se van para el río, y cuando a uno le dicen que “se va para el río” no es a pescar, ni a bañarse, ni a tomar agua, es a que lo pelen y lo echen agua abajo, porque el río ha sido el caldo de cultivo de todos los grupos, buenos y malos para echarle gente. El río no escatima nada, lo que cayó ahí se lo lleva.
Líder sindical de Sintrapalma, 2014.
En la gráfica de la derecha se observa que un amplio porcentaje de la propiedad en el departamento está en manos de un reducido número de propietarios, mientras que en la de la izquierda se ve cómo, desde la década de 1970 los grandes terrenos se mantuvieron, mientras que los más pequeños siguieron parcelándose y dividiéndose.
Fuente: Novoa, Pardo y Rico, 2011, p. 67.
A medida que el precio del suelo va subiendo y se va valorizando por la Ruta del Cacao y la Ruta del Sol, las zonas del río Sogamoso se vuelven claves para lavar dólares. Entonces ya entra, no el cultivador, sino el narco a comprar tierra ahí. Los grandes narcos del Magdalena Medio viven en Bucaramanga, pero compran tierra para vivienda campestre porque tienen plata y tienen que subir activos, y el río Sogamoso es una zona donde la tierra se ha valorizado mucho. Poco a poco se ve que esto va creando un desplazamiento económico del campesino tradicional y termina siendo una amenaza muy fuerte para los pescadores.
Santiago Camargo, Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 2021
biodiversidad es apenas un recuerdo.
2. Apropiación ilegal de las tierras por medio del desplazamiento, despojo, desalojo, robo o compra con intimidación armada.
3. Sembrado de palma.
4. Establecimiento de complejo palmero compuesto de plantaciones y extractoras de aceite.
5a. Flujo del aceite hacia el mercado nacional y/o internacional.
5b. Dominio territorial.
Fuente: Mingorance, 2006, p.33.
[Las empresas de la cuenca del río Sogamoso] se tenían que sentar con nosotros. En ese momento si el Estado no estaba, éramos quienes ejercíamos control territorial, tenían que sentarse los actores, todas las fuerzas vivas de la región (...) Sí hubo alianzas estratégicas, militares, económicas como hemos hablado con empresas contratistas a quienes debíamos obligar y había otras que ni había que buscar. Tenían causa antisubversiva, a otras si había que buscarlas. (...) Nosotros entregamos un listado de más de 5.000 empresas y eso está en Justicia y Paz.
Excomandante del Bloque Central Bolívar de las AUC, 2021.
Apropiación ilícita de tierras y delitos asociados, apropiación indebida o fraudulenta de tierras, robo de tierras, compra de tierras bajo coacción armada, falsedad en documentos, asesinato de sindicalistas y trabajadores de palma, persecución sindical, asesinato de líderes sociales y campesinos, ruptura del tejido organizativo y social, asesinatos y masacres, desapariciones forzadas, desplazamiento forzado colectivo o individual, extorsión, infracciones al Derecho Internacional Humanitario, pillaje, atentados y enfrentamientos armados en las plantaciones, lavado de activos del narcotráfico, paramilitarismo por acción o colaboración (financiera, logística u operativa), secuestro, torturas y hostigamientos, amenazas con el fin de crear un clima de terror.
Mingorance, 2006.
En ese período se inició una consolidación militar del Estado, fortalecido bélicamente a través del Plan Colombia y coincidente con la arremetida paramilitar. Así, se forzó a las guerrillas, principalmente a la de las Farc, a un repliegue militar y a un proceso de debilitamiento por pérdida de control territorial, desmantelamiento de frentes, muerte de comandantes y disminución de pie de fuerza por deserciones, así como por una creciente deslegitimación social de su accionar. Es en ese marco inician diálogos con el gobierno en San Vicente del Caguán.
"No al despeje" fue influenciado, manejado y orientado por las autodefensas y que en los paros de transporte y en los bloqueos de vías no podían participar él ni Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’, ni, en general, personal paramilitar, pero que todos se encontraban "en las fincas con los radios monitoreando, ordenando, manejando, mejor dicho, sacando comunicados".
Corte Suprema de Justicia, 2011, p. 35
En 2002 los mismos sectores que participaron en Asocipaz y “No al despeje” de Santander acordaron la inscripción de una lista única al Senado de la República por el movimiento político Convergencia Popular Cívica (CPC), encabezada por Carlos Arturo Clavijo Vargas y compuesta por Carlos Reinaldo Higuera Escalante y Carlos Julio Galvis Anaya. Tanto la conformación de dicha lista como su promoción electoral, “fueron asumidas, con pleno conocimiento por parte de sus integrantes, por Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’” (Corte Suprema de Justicia, 2011). Así mismo, fue ‘Báez’ quien presentó públicamente la lista única y sus candidatos ante líderes de distintos sectores reunidos en el municipio de Lebrija el 5 de octubre de 2001, con un discurso en que afirmó que “el lanzamiento de la lista única por todo el Magdalena Medio se hacía con el liderazgo de las autodefensas, refiriéndose a Clavijo Vargas y a Higuera Escalante como colombianos excepcionales, hombres de bien y ciudadanos del común incontaminados de la política y antisubversivos” (Corte Suprema de Justicia, 2011).
Todas estas acciones influyeron en las votaciones al Congreso de la República para el periodo de 2002-2006, ya que esa lista presentada por CPC alcanzó un total de 57.474 votos, eligiendo a Carlos Arturo Clavijo y a Carlos Higuera Escalante como senadores. Según la misma Corte Suprema, la lista única obtuvo sus mayores votaciones en los municipios del Magdalena Medio que para esa época eran marcadamente de influencia paramilitar.
Durante el proceso judicial de la parapolítica en 2011, la Corte Suprema de Justicia determinó que los exsenadores Carlos Arturo Clavijo Vargas y Carlos Higuera Escalante son culpables del delito de concierto para delinquir agravado en la modalidad de promocionar grupos armados al margen de la ley.
(El paramilitarismo), a través de la implementación y utilización de estrategias caracterizadas no solo por la ilegalidad, sino también por la violencia, ha sido objeto de instrumentalización con el propósito de consolidar y salvaguardar novedosas y muy significativas, lucrativas y cuestionables preeminencias, lo cual se concreta, en el ámbito fenomenológico, en hegemonía en el manejo de regiones vitales, tierras fértiles idóneas para la implementación de la agroindustria, territorios en los cuales resultaba viable desarrollar primordiales proyectos de infraestructura y zonas geográficas con diversos recursos naturales y alta biodiversidad.
Corte Suprema de Justicia, 2011.
Con base en este análisis la Sentencia de la Corte niega la afirmación de Carlos Reinaldo Higuera Escalante de que el concierto para delinquir se dio únicamente con el objetivo de conseguir beneficios electorales, sino que, por el contrario, la estrategia de la parapolítica tenía como objetivo fortalecer mecanismos legales e institucionales al servicio de unos intereses lucrativos y hegemónicos del desarrollo, y a partir de ello someter a la población, los territorios de la cuenca y sus ríos ante mencionados intereses. Así lo evidencia el testimonio de Carlos Arturo Clavijo Vargas, en el cual informa que Carlos Higuera, Carlos Julio Galvis Anaya y él, coincidieron con alias ‘Ernesto Báez’ y alias ‘Julián Bolívar’ en varias reuniones realizadas en Puerto Berrío, Sabana de Torres y Cimitarra en el año 2001, con el fin de discutir temas relacionados con el proyecto político en el Magdalena Medio, en específico, frente al “desarrollo de la región, obras de infraestructura y beneficios para la comunidad y diferentes temas nacionales” (Corte Suprema de Justicia, 2011).
Además, resulta destacable que la Hacienda Montebello se encontraba en la vereda El Tablazo, lugar donde desembocaba el río Chucurí en el Sogamoso. ¿Por qué esto es importante? Porque el Tribunal Superior de Cúcuta determinó que entre los años 2000 y 2006 este lugar fue utilizado para desaparecer los cadáveres de las personas asesinadas por grupos paramilitares que operaban en San Vicente de Chucurí, así como también para el almacenamiento de insumos del Cartel de la gasolina. Frente a estos hechos muchas familias se quedaron a la espera de respuestas que tal vez nunca lleguen, ya que El Tablazo fue inundado por el embalse de Hidrosogamoso y el río que nuevamente fue forzado a ser cómplice y testigo de los hechos del conflicto armado. Ahora, como si nada hubiera sucedido allí, este sitio es promovido como lugar turístico.